04 Jun LA IMPORTANCIA DE HIDRATAR LA PIEL

La piel es la primera línea de defensa ante los diversos factores a los que estamos expuestos, es el órgano más grande del cuerpo y es fiel reflejo en muchos casos de nuestro estado de salud. Todos queremos tener una piel perfecta, sin arrugas, estrías, granos….pero eso es casi un imposible, así que deberíamos cuidarla y protegerla para que al menos esté sana. Una piel sana no tiene lesiones, no produce molestias y sus poros son poco visibles; y no hay piel sana si no está bien hidratada ya que la principal causa de tener una piel apagada y desigual es la deshidratación. Más allá de lo estético, la hidratación es fundamental para varios de los procesos que lleva a cabo la piel (descamación, reparación, funciones de barrera).

Errores a la hora de hidratar la piel

Errores que cometemos y que repercuten directamente en la deshidratación de la piel:

No beber suficiente agua

Puede parecer obvio, pero el principal elemento que la piel necesita para estar hidratada es agua. Entre el 15% y el 20% del agua de nuestro organismo se encuentra en la piel, porcentaje que con la edad va disminuyendo, ya que perdemos la capacidad para retenerla así que, para que todo funcione correctamente y se mantenga en su mejor estado, es vital darle el aporte de agua que necesita y lo mismo hay que decir sobre llevar una dieta equilibrada y sana. Así que, poco importa el dinero y tiempo que invirtamos en cremas y productos cosméticos si no hidratamos la piel desde dentro.

Consumir alcohol y tabaco

Son dos de los elementos más dañinos para la piel, especialmente si hablamos de sequedad y deshidratación. La nicotina es la principal causante de la eliminación de estrógenos, que son los encargados de la creación de colágeno y elastina, mientras que el alcohol provoca la pérdida constante de líquidos sin aportar hidratación. Además, ambos provocan una disminución de los niveles de vitamina A, que puede traducirse en sequedad y descamación.

No limpiar y tonificar

Es imprescindible irse a la cama con la piel limpia y libre de restos de maquillaje y suciedad para que respire y se regenere mientras dormimos y evitar la pérdida de luminosidad.

Olvidarse de la crema, sérum o aceite

El mejor momento para hacerlo es después de la ducha o de la limpieza de cutis, cuando aún la piel está un poco húmeda, ya que favorecerá una mayor retención de agua y al tener el poro más abierto, el producto penetra mejor. Las zonas de piel más gruesas, expuestas al roce o la fricción como las plantas de los pies, rodillas y codos, debemos hidratarlas más a menudo. En cuanto a los tipos de piel cometemos el error de creer que una piel deshidratada es lo mismo que una piel seca y que las pieles grasas no hay que hidratarlas, así que sin importar el tipo de piel que tengas, siempre la debes hidratar. Lo eficaz del tratamiento es que sea continuo y constante.

Beneficios de una buena hidratación de la piel

1. La piel se vuelve más resistente. Una buena hidratación hace que los niveles de agua de la piel estén equilibrados y que la barrera protectora se vea más fortalecida y flexible, lo que lleva a que zonas más delicadas y finas del cuerpo, como puede ser el rostro, estén protegidas de agentes externos tales como el clima, la contaminación o el propio maquillaje.
2. Mejora su aspecto. La deshidratación debilita la piel y la hace más sensible a las imperfecciones.
3. Retrasa la aparición de arrugas. La piel deshidratada es más susceptible a desarrollar arrugas ya que si no se nutre adecuadamente, su barrera protectora se debilita, se seca y provoca, finalmente, una pérdida de colágeno, lo que conlleva a una aceleración del envejecimiento.
4. previene las irritaciones. Es uno de los problemas más comunes por la deshidratación. Las personas que experimentan molestias, sensibilidad o picores pueden tener debilitada la barrera protectora de la piel. En este sentido, una crema hidratante y sobre todo un aceite ayudan en las funciones básicas de la barrera lipídica, ya que reponen sus niveles de humedad y la hace más fuerte y resistente a los agentes externos y contaminantes.
5. Protege de los cambios atmosféricos. La piel tiende a reflejar la atmósfera que le rodea. En invierno, las bajas temperaturas y el aire seco de la calefacción reducen los lípidos que conforman la epidermis, por lo que los agentes irritantes penetran con más facilidad y provocan enrojecimiento y descamación, sobre todo en el cutis más expuesto. Y en verano, el calor y la exposición prolongada al sol reducen los niveles de humedad de la piel. El sol es uno de los factores externos que más seca la piel, además de ser el primer causante del envejecimiento prematuro y la aparición de manchas.

Conclusiones sobre tener una buena hidratación de la piel

Por tanto, para tener una piel cuidada y sana debes favorecer su hidratación tanto desde el interior como desde el exterior. Usar productos hidratantes acorde con las necesidades de cada persona es una cuestión básica ya que las cremas hidratantes retienen la humedad de la piel, la protegen y la revitalizan y su uso hará que la mantengas más joven y flexible durante mucho más tiempo.

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